La vuelta a aquellos locos años ochenta, a los colores psicodélicos y a las paillettes (lentejuelas) en cualquier prenda fueron el común denominador de las colecciones para el otoño e invierno 2009, que firmas como Iceberg, Gucci o Blumarine presentaron el fin de semana en el Fashion Week de la Moda femenina de Milán.

Para el próximo otoño-invierno, Gucci llenó sus prendas de lentejuelas pero con pantalones pitillo, pasando por los completos de bailarina moderna de puro estilo Fama o la película Flashdance, a vestidos cortísimos.

Las casacas, faldas tubo, camisas amplias y túnicas son exclusivamente cortas, plagadas de brillantes y en azul eléctrico, negro o colores metálicos o se llenan de psicodélicos círculos. Todas las prendas acompañadas de botas que llegan hasta los muslos y terminan en tacones vertiginosos.

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Los años ochenta, y sobre todo las obras del artista estadounidense Andy Warhol, fueron también fuente de inspiración para la colección Blumarine, diseñada por Anna Molinari. Los colores del pop art quedaron plasmados en sus prendas: verdes, turquesas y amarillos ácidos y brillantes fucsias.

Las paillettes y millones de cristales destacaron en todas las prendas de la colección Blumarine, que apuesta además por el efecto ‘dálmata’ y otros motivos estampados de piel de animales para el traje de diario o para sus vestidos de noche.

La firma Emilio Pucci y su nuevo diseñador, el joven noruego Peter Dundas, apostó por los “microvestidos” y botas con altísimos tacones, que dan un aspecto agresivo a la mujer. Pucci, que prefirió los blancos, grises, marrones, el berenjena o el verde botella, los vestidos cortísimos y ajustados.

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La diseñadora Rossella Jardini jugó para la casa Moschino con las formas y los colores para su nueva colección. Abrigos tejidos  adornados con aparatosos lazos rojos, azules o nubes.