La ministra de Salud, Caroline Chang, increpó (por decir lo menos) a
una familia por pedir que a su hija se le atienda de su “enfermedad
catastrófica”, atención que nuestra actual Constitución de la República
del Ecuador garantiza.

Un mayor de la Policía es sacado de sus funciones porque investiga a
fondo una red de narcotraficantes, quedando como “traidor”; mientras el
Presidente se saca el sombrero para pedir disculpas a Chauvin, un
presunto contacto de la narcoguerrilla (independientemente de que si se
haya reunido en territorio colombiano o ecuatoriano; no hace ninguna
diferencia).

A los pobres jubilados ecuatorianos se les quiere quitar el derecho a
tener una vida más digna buscando un ingreso extra para apuntalar la
miserable pensión que reciben (¿acaso podría el director de Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social -IESS- vivir con esa pensión?), lo
curioso del caso es que no se ve ni siquiera un cartelito de protesta
por ahí ni por ningún lado.

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¡Despierta país!