Darwin teorizó sobre la selección natural de las especies, pero la genética abre hoy la puerta a que el Hombre seleccione su propia descendencia, generando interrogantes éticas y desatando polémicas.

Imaginen a los futuros padres hojeando un catálogo en internet en el que pueden elegir el color de los ojos, de la piel o el sexo de su bebé. ¿Elegirán un atleta o un proeza intelectual?.

Un escenario semejante, que ya no es completamente de ciencia ficción, es considerado por muchos como una pesadilla que acentuará aún más la desigualdad en el mundo.

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En Estados Unidos, decenas de clínicas proponen ya perfiles genéticos de potenciales donantes de esperma y de ovocitos.

Por ejemplo, la Xytex Corporation, con sede en Atlanta, presenta a sus clientes una larga lista de rasgos físicos, desde el largo de las pestañas hasta las pecas, pasando por la forma de las orejas.

Puede obtenerse un resumen del expediente médico del donante y, suplemento de por medio, también un perfil de su personalidad, su recorrido en la escuela y la universidad, una carta y fotos del donante, niño y adulto.

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Claro que estas informaciones no tienen nada que ver con el "pedigrí" genético. Si así fuera, el niño quizá no tendría para nada los rasgos prometidos en el catálogo.

Es cierto que la mayoría de las parejas heterosexuales que sufren problemas de esterilidad hoy en día recurren a la donación de esperma.

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Sin embargo, no hay imposibilidad científica y en muchos países tampoco hay leyes que impidan fecundar un ovocito con esperma de donantes seleccionados según criterios genéticos e implantar el embrión resultante en la mujer.

Esta oferta, ya había sido hecha por un "banco de embriones" en Texas, antes de ser retirada debido a la polémica que levantó.

En los países en los cuales el diagnóstico previo al implante no es legal, los padres que no necesitan ninguna asistencia para procrear, podrían recurrir a la fecundación in vitro para poder "seleccionar" su progenitura en función de los criterios deseados.

"Es necesario ser prudentes con estas técnicas selectivas", declaró Marcy Darnovsky, del Centro para la Genética y la Sociedad de Oakland, California.

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La ingeniería genética podría dar otros pasos en la simple selección de embriones, es decir en la alteración de los genes con un objetivo terapéutico.

"La presión para cambiar genes procederá probablemente de los padres que querrán estar seguros de tener una niña o un varón y que querrán transmitirles su belleza, inteligencia, un don para la música o el buen carácter", estimó Peter Ward, de la Universidad de Washington, autor del libro "Future Evolution".

"Algún día tendremos la posibilidad de crear una nueva especie humana", afirmó.

Para Steven Pinker, profesor de Psicología Evolutiva en Harvard, "estas inquietudes están fuera de lugar. La genética es mucho más complicada para permitir una fácil manipulación de las características humanas".

Manipular genes con un objetivo preciso es además más complejo que efectuar una prueba genética.

La más mínima característica es fruto de la interacción de varios genes.

"¡No hay un gen para la inteligencia y otro para el talento artístico!", exclamó, antes de sentenciar: "pienso que los padres corren el riesgo de que algo salga mal".