Ha sido muy doloroso para mí como profesor universitario entregar 50 años a la cátedra, haber investigado metodologías de enseñanza en matemáticas, y concurrir a las oficinas donde atienden a los profesores jubilados para preguntar cuándo me pagan el saldo de la jubilación que me deben; y en lugar de recibir el dinero, tratan con sarcasmo sin respetar mi condición de la tercera edad, y decir que mi saldo es de $ 25,600 y me sería entregado pronto.

Concurrí otra vez y dijeron que todo está pagado. ¿Quién responde por el saldo fruto de mi trabajo? Escribo por los jubilados perjudicados.(O)

Jaime Villacís Ramírez, ingeniero civil, Guayaquil