Campea la corrupción con estulticia, impunidad e inmunidad en el país. Secúndenme, colegios, cámaras, universidades, Contraloría, Comisión Anticorrupción, etcétera, si es necesario crear un museo de la corrupción en cada ciudad capital de provincia y población importante del Ecuador. Tendrá pancartas grandes aclaratorias de cada caso, los nombres de los implicados, las argucias, los montos, las fechas, los lugares, las evidencias, etcétera. No importará si se ha judicializado o no. Lo administrará la sociedad civil, pues los políticos no lo querrán.

El alcance será de varios años atrás hasta la venta de la bandera en 1894, los casos Verduga, Torbay, pero la mayoría son del correato. Los niños y adolescentes tendrán que visitarlos para sentar en su memoria lo que no debe ser ni pasar ni permitirse. Veremos ahí un anecdotario desde pativideos, pasando por la casa arrebatada a los Chladek, todo el 30-ese y el atacar a un centro hospitalario, hasta a políticos en sus nuevos helicópteros bajar a la playa a surfear, fotos de estos comprando joyitas, tecnología o encargos, en el odiado ‘imperio’ yanqui o en Panamá; y viajando amodorrados en primera clase de vuelo; los viajes a Catar... En Quito propongo hacer el museo en la mitad del mundo en la antigua sede de la Unasur, con la esfinge Néstor Kirchner con su mano alzada y un maletín en la otra será el especialísimo anfitrión que invita a pasar a la corrupción, crimen y pillaje. Será una lección nacional permanente, como lo es el campo de concentración de Auschwitz, al nefasto nazismo. Secúndame, país.(O)

Mauricio Sevilla Cajiao, ingeniero, Quito