En 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) instituyó el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre, con el objetivo de hacer conciencia sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.

Hoy, el cambio climático afecta la seguridad alimentaria, mientras la población mundial crece, por lo que es indispensable que en todos los países se invierta más en desarrollo rural y se trabaje para reducir la pérdida de alimentos, como dice la FAO.

Esto supone no solo el fomento de la agricultura, sino mejorar las formas de recolección, de embalaje, almacenamiento, transporte, infraestructura y mejorar las condiciones de vida rural.

Quienes cultivan la tierra, para que los alimentos lleguen a nuestras mesas, tienen derecho a vivir con comodidad e incorporados a los beneficios y recursos de la vida contemporánea. Y más aún, requieren el reconocimiento social a su labor.

Se ha inaugurado la gran minga agropecuaria y en las decisiones económicas anunciadas se ha tomado en cuenta a la agricultura. La pregunta es si será suficiente. (O)