Un político hizo famosa la frase “¿dónde está la plata?”, hace algunos años cuando los latrocinios gubernamentales eran más fáciles de ocultar.

Hemos perdido actualmente la noción de la realidad. En la época de los westerns (filmes del Oeste o de vaqueros) era fácil robar $ 5 mil en un banco o asaltar un tren con morrales llenos de dinero, pero por esto podían perder la vida en el tiroteo o morir ahorcados inmediatamente. En la actualidad, nueva era del internet, de paraísos fiscales, de cuentas secretas con nombres falsos y testaferros; los nuevos asaltantes se las arreglan desde sus cómodos sillones en Ecuador, para depositar en ciudades lejanas y desconocidas, en complicidad de corrompidos bancos y compañías que ofrecen sigilo, silencio; tapar el asalto de millones de dólares. Así un nuevo ladrón es blindado por reglamentos, nuevas leyes y complicidad para esconder lo robado. Ya no necesitan solo un caballo y un revólver, sino saber en qué ciudad y a qué firma “respetable” contactar para transportar y esconder el producto de sus exitosos “trabajos”. Los de los casos Odebrecht, refinerías, petroleras, aeropuertos, carreteras, escuelas, terremotos, más todas las megaobras de elefantes blancos; niegan sus asaltos y gritan que todo es tema político y que son inocentes. Nadie encuentra sus millonarios depósitos en bancos extranjeros. Unos pocos no tuvieron tiempo de sacar la plata y la dejaron escondida en sus tumbados, o en el apuro tuvieron que comerse los cheques. Protestan que sus negocios son privados, o son dineros ganados por asesorías o son simples regalos. Exigen que les muestren las pruebas. Si no descubrimos dónde está la plata, salen libres. Es hora de cazas y recompensas. Ningún crimen es perfecto, cuando alguien roba siempre hay alguien que ha visto o sabe algo. Formemos varios equipos designados por un comité de probos ciudadanos para que busquen las pruebas. Que cada grupo investigue y encuentre a quien sepa del robo y a esta persona se la recompense con el 5%, 10%, de lo que se recupere y la protejan con el mayor sigilo porque cooperó. Es importante la actitud que tome el SRI para investigar las fortunas de todos los sospechosos que deben ser indagados en todo aspecto económico, familiar, propiedades dentro y fuera del país por lo menos de sus últimos 15 años. Para meter presos a los pillos sin atenuantes, necesitamos saber dónde está la plata.(O)

Alfredo Suárez Ramírez, Guayaquil