Desde el alto nivel gubernamental se informa que la repotenciación de la refinería de Esmeraldas, el poliducto Pascuales–Cuenca y otras obras contratadas en el Gobierno anterior adolecen de fallas técnicas en su construcción. Tales resultados son lógicos, una compañía que ha gozado de todos los privilegios contractuales, ha comprado al país con coimas, no podría traer halagadores beneficios.

Cerremos la fábrica de chatarras. Hace más de un siglo están dictadas las reglas de oro de la contratación pública para que no falle. No solo debe haber SRI para cobrar, tienen que invertir bien el dinero con el que contribuimos los ciudadanos o que nos da la madre tierra. Los presidentes, como fue Correa, que pretenden eternizarse en el poder tienen ese objetivo, no gobernar y fomentar corrupción. Otra obra del correísmo y chatarrera, es la rehabilitación del sistema ferroviario. Correa viajó a China en el 2007, buscó tecnología y dinero para rehabilitar el sistema ferroviario. Los chinos vinieron en el 2008 y ofrecieron hacer el estudio, traer una planta para construir durmientes de hormigón armado y hacer la obra. Para aquella época encontrándome como director de la Empresa de Ferrocarriles fui partidario de la propuesta china y estoy seguro de que por lo menos dos directores más tenían el mismo criterio. Dije al resto de directores que los técnicos chinos estaban en la tarea de ampliar el canal de Panamá y les mostré un número de la revista National Geographic, donde se observan las técnicas chinas en materia de ferrocarriles. Antes de discutir la propuesta china, una señora ministra de quien yo era su delegado en el directorio de la Empresa de Ferrocarriles, me revocó del encargo, quizás a pedido del centro donde se gestaba la corrupción del país. Lo pienso, pues jamás observó mi comportamiento, mantuvimos cordial relación. No supe más de los chinos. Lo que sé es que el Gobierno procedió a una rehabilitación chatarrera. La vía es inestable, el sistema ferroviario se destinó al servicio turístico con costos altos. Deben rescatar el tren, concesionarlo, allí está un potencial turístico y económico. Pido al presidente Moreno que así como contratará un peritaje para conocer barbaridades cometidas en el área petrolera, lo haga con la “rehabilitación” ferroviaria ejecutada en el gobierno de Correa.(O)

Rafael Mendoza Avilés, abogado, Guayaquil