Desde el año 2000, inicio de la dolarización en el país, muy caro ha sido el costo que los jubilados hemos pagado por el actual sistema de cambio. Los valores en sucres de las pensiones jubilares al ser dolarizadas dieron como resultado en la mayoría de los casos pensiones inferiores a $ 40; el valor de la canasta básica para mayo de ese año fue $ 260,74, estableciendo con dicho valor una amplia diferencia respecto de las ínfimas pensiones.

Ante esa injusta determinación y calamitosa situación, los jubilados hemos insistido a los gobiernos de turno que reduzcan la diferencia señalada mediante aumentos periódicos, que hasta el 2008 si no fueron significantes al menos no fueron irrisorios. Para enero del 2009 el Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, aprobó un aumento de $40 a las pensiones. En enero del 2011 los aumentos se hicieron a base de un porcentaje que variaba del 16,16% al 4,31%, con más beneficio para quienes ganan menos. Para sorpresa de los jubilados, desde enero del 2016 los aumentos se fijan a la misma proporción que la inflación promedio anual al año anterior, que en el 2015 fue 3,38% y para el 2016, de 1,12%. En consecuencia, estos dos últimos años las pensiones han recibido aumentos insignificantes, siendo menor el del presente año (1,12%), pues que por cada dólar de pensión apenas se aumentó un centavo aproximadamente ($0,0112). Si la pensión de una persona es $ 300 el aumento fue de $ 3,36. Por necesidades económicas el jubilado debe pagar mucho más de lo que recibe de aumento. Si presta al IESS al 9% de interés anual, pagará 9 centavos por cada dólar prestado, y a los bancos, en tarjeta de crédito pagará 16 centavos o más por cada dólar recibido. En agosto, el costo de la canasta básica se ubicó en $709,25 que la mayoría de las pensiones no podrán igualarlas o superarlas si continúan recibiendo aumentos ínfimos.

Solicito, por lo tanto, a los señores asambleístas, que legislen para que el Gobierno reintegre al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) el 40% del aporte al fondo de las pensiones jubilares y se fijen pensiones que sean dignas para todos los jubilados de nuestro país.(O)

Héctor Villón Mateo, economista, La Libertad, Santa Elena