El presidente Moreno comunicó ayer que, por casualidad, descubrieron una cámara instalada en su despacho, que estaba funcionando en ese momento. Se presume que fue colocada hace siete u ocho años por orden del expresidente Correa y que puede monitorearse desde su celular.

Sin embargo, nadie informó de su existencia al nuevo presidente, ni al servicio de protección del ejecutivo, lo cual debió hacerse no solo por seguridad y resguardo de la privacidad del despacho presidencial, sino también por delicadeza personal.

Al expresar su molestia, el presidente dijo que se trata de una violación de la intimidad y que ordenará una investigación exhaustiva. Un fiscal, agentes de la Policía Judicial y miembros de Criminalística estuvieron ya en Carondelet para iniciar la indagación.

La investigación de este hecho, sin precedentes conocidos en el país, debe servir para establecer las sanciones correspondientes, pues nuestra Constitución garantiza los derechos humanos, entre ellos, el de la privacidad, y su violación es aún más grave cuando se trata del presidente de la República y su despacho, donde se manejan aspectos internos y externos que tienen que ver con la paz y la seguridad de la nación. (O)