Se han cumplido ya cien días del gobierno de Lenín Moreno, plazo tradicionalmente aceptado para hacer un primer balance. Las encuestas reflejan que el presidente llega a su primera evaluación con notable aceptación. Es posible que el contraste con lo anterior influya en la calificación. El estilo respetuoso y dialogante ha significado aire fresco en la vida colectiva.

Se han iniciado ya algunos proyectos de su política social. Se ha insistido en la necesidad de combatir la corrupción y, aunque la investigación y juzgamiento de los culpables corresponde a la Función Judicial, es notorio el apoyo del Ejecutivo para vencer a la impunidad. Los diálogos con diversos sectores están produciendo propuestas que deberán ser estudiadas para decidir políticas públicas con un origen democrático.

El balance es positivo, aunque preocupa que la política internacional no siempre refleja el sentir de los ecuatorianos, ni lo conveniente para los intereses del país, y aún falta conocer la propuesta económica para salir de la difícil situación que vivimos.

Aunque los actores políticos no le son enteramente favorables, la apertura y el diálogo podrían ser instrumentos decisivos para lograr respaldo a las decisiones, sin duda, difíciles que deberá tomar. (O)