En uno de sus libros, Lawrence Durrel recuerda el famoso dicho: “Si la piedra cae sobre el huevo, pobre huevo. Si el huevo cae sobre la piedra, pobre huevo”. En el caso de Venezuela, uno se pregunta dónde está la piedra. Duele tanto la muerte de un manifestante de la oposición como la del policía quemado vivo. Desconfío bastante de un presidente que habla con los pajaritos, atropella gramática y sintaxis, reza un extraño padrenuestro dedicado a su mentor: “Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén”.

Muy suelto de huesos Maduro no vaciló en afirmar que los cardenales eligieron a un papa sudamericano gracias a la influencia que tiene sobre Dios el finado líder. Eso no deja de recordar las oraciones creadas por los fanáticos de Diego Maradona: “Dios te salve, pelota, llena eres de magia, el Diego está contigo, bendita tú eres entre todas las demás y bendito es el Diego que no te deja manchar. Santa redonda, madre del gol, ruega por nosotros los jugadores ahora y en la hora de nuestro encuentro”. Muchas personas juzgarán aquella fofa oración como una blasfemia, más me preocupa el vacío mental que representa semejante bazofia. Del mismo modo me asustan los despliegues de fuerza, tanques, misiles, aviones, hombres y mujeres uniformados desfilando al son de pomposas marchas, gritando consigna, proclamaciones a todo pulmón, tenientes y coroneles ladrando órdenes. Los ejércitos nazis unidos como el puño marchaban bajo los múltiples retratos de Adolfo Hitler. Los seguidores del credo maradoniano idolatran una pelota de fútbol con corona de espinas. Kim Jong-un se educó en Suiza, habla inglés y alemán, es presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo, líder supremo de la nación, jefe del Partido del Trabajo de Corea del Norte. Desafía al mundo entero lanzando misiles cada día más potentes, presencia desfiles marciales donde se siente una inquietante cohesión. Los oficiales y soldados de las Waffen S.S. (tropas de élite) se comprometían bajo juramento en ofrecer su vida a su idolatrado Führer. Algo parecido está sucediendo en Corea. No creemos que se pueda llegar a un conflicto atómico cuyas consecuencias serían apocalípticas. Lamentablemente, tanto Donald Trump como Kim Jong-un son criaturas testarudas, adineradas, caprichosas. Se estima la fortuna de Trump en 4,6 mil millones de dólares. Celebrity Net Worth estima que la fortuna acumulada del líder coreano es de 5 mil millones de dólares. Los ingresos de Jong-un se multiplicaron desde que se convirtió en gobernador de Corea del Norte en 2011. El futuro del planeta Tierra, con tantos adictos al terrorismo, se torna incierto. (O)