La usurpación de la libertad de expresión a la prensa –sea por improbidad o insensatez de los gobernantes o los funcionarios que la cometen– se supone que se da también por arrebatos absolutistas que niegan todo derecho del ciudadano a expresar sus pensamientos y pretenden apagarlos por medio de la fuerza.

La veracidad de un comentario asume un valor relativo para las personas que están en la política, no interesa la conveniencia para la patria sino el aplauso para sus obras que tienen siempre un interés guardado de provecho personal; terminando en que los que los aplaudieron, mañana demostrarán a esos, desprecio. Debe ser triste para esas personas enfermas por el poder que torpemente pensaron que tenían a sus pies un país, que al despertar a la realidad son ignoradas y deshonradas por el pueblo al que supuestamente lo tenían cautivado con verborrea mal sana, pensando ser las dueñas de todo. Los dedos acusadores siempre estarán sobre estas personas porque al final cosechan lo que siembran. No tenemos que confundirnos en una votación, no dejarse llevar por improvisados que llegan al poder para ser nuevos ricos. La vida es como un restaurante, nadie sale sin pagar.(O)

Colón Quiroz Ferruzola, Guayaquil