A raíz de las denuncias de presunta corrupción en contra de Glas, Moreno decidió tomar distancias de su vicepresidente. Esto ha provocado angustia y enorme ansiedad en sus antiguos camaradas que lo acusan de traidor; no entienden cómo pudo salirse de la ruta trazada por Rafael. Pero la física cuántica es así, impredecible. Una vez desbordadas las pasiones todo es posible, de allí que el pánico cunda en un tío, en las sumisas, y en el mismísimo Rafael. ¡Hoy es uno, mañana puede ser cualquiera de nosotros!, parecería que musitan desconcertados.

Hay uno en Bruselas que presa del insomnio no pega los ojos ni se separa del Twitter. Ya anunció angustiado que iba a reinstalar la sabatina, la cumplió desde su cuenta de Facebook el sábado 12 de agosto. Sorprendente es que lo hace con dinero de “su propio bolsillo”, ya no con el nuestro. Celebramos el cambio de rumbo del presidente Lenín Moreno, pero nos gustaría preguntarle, ¿ si estaba consciente de los atropellos de Correa, por qué guardó silencio tanto tiempo?, ¿por qué no forma parte de las medidas de austeridad al solicitar el levantamiento de las onerosas medidas de protección para Correa?, que si tiene miedo, que reciba protección en el país, a menos que regresar ahora sea su mayor temor.(O)

Hugo Romo Castillo, doctor en Medicina, Quito