En junio del 2014 se realizó la apertura del Área Nacional de Recreación en la isla Santay, considerada entonces como proyecto emblemático del Ministerio del Ambiente y como Patrimonio Natural de Áreas Protegidas.

Desde entonces miles de ecuatorianos y de turistas han visitado el lugar y recorrido sus 7,1 kilómetros de senderos, a pie o en bicicleta. Sin embargo, hoy ya no se puede hacer eso con seguridad, puesto que en las vías cubiertas con material, mezcla de plástico reciclado y madera, importado de China, hay al menos 293 huecos.

Ya en mayo del 2016 el ministro del Ambiente admitió que la obra no fue ejecutada de “manera apropiada”. Un experto de otra casa proveedora de material del mismo tipo que se usó en la ecoaldea explica que ese material no debía ser utilizado en las camineras, que se puede emplear en ambientes “donde no haya tanta influencia de humedad, tampoco de tráfico”.

Lo cierto es que la obra destinada a ser atracción de turismo ecológico está deteriorada y es un riesgo para los visitantes, apenas a tres años de su inauguración. Es necesario que se investiguen las razones y se determinen las responsabilidades. (O)