Por qué carajo los pobres deben vivir en unos cubos de cemento que afrentan la dignidad del que quiere tener casa propia. Sí, bien dicho, así se habla: por qué carajo. Por qué carajo los jóvenes que no aprueban los puntajes del examen para estudiar la carrera universitaria elegida provienen mayoritariamente de los estratos populares. Por qué carajo las mujeres jóvenes y adultas son acosadas en la calle y en sus empleos son menos valoradas que los hombres. Por qué carajo la atención médica para los que menos tienen es lamentable y están forzados a esperar semanas y meses para ir al hospital público.

Por qué carajo la pobreza, la desigualdad y la inequidad que existen en las ciudades y el campo no nos ofenden como sociedad. Por qué carajo en medio de tanta palabrería revolucionaria no hemos podido construir una cultura solidaria para con los más necesitados. Por qué carajo no se han atendido los pedidos de los jubilados y se ha preferido el despilfarro faraónico de relumbrón, arrogancia y vanidad. Por qué carajo los robos campean y no podemos andar tranquilos casi en ningún sector de nuestras urbes. Por qué carajo no se ha impulsado una cultura de respeto en la calle y en la carretera, con peatones y conductores educados.

Por qué carajo la ley del más vivo y del nuevo rico sigue primando como norma de los políticos que mienten y quieren salirse con las suyas. Por qué carajo, si se dice que hay un cambio en el régimen actual, siguen en funciones como ministros y consejeros aquellos que formaron parte del gobierno anterior y que son responsables de muchísimos latrocinios cometidos. Por qué carajo el vicepresidente, que plagió en su tesis de ingeniero y de quien hay gravísimas y concretas sospechas de haber participado en una red de corrupción estatal, sigue disfrutando los privilegios de toda persona honrada.

Por qué carajo la política internacional del Ecuador apoya la ruptura del orden constitucional del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, donde se asesina a diario a quienes se oponen a esa dictadura bestial y criminal. Por qué carajo siguen encausados los periodistas que han investigado y denunciado los casos de corrupción que ya han sido descubiertos. Por qué carajo se ha criminalizado el uso de la palabra. Por qué carajo el aparato de administración de justicia sigue operando con la lógica de defender a los funcionarios del correísmo que han delinquido. Por qué carajo los partidos nos siguen mandando.

Por qué carajo no hemos repudiado con firmeza a aquellos asambleístas ciegos, torpes, sordos y cínicos que no hacen otra cosa que obstaculizar los pocos resquicios de conducta democrática que nos quedan. Por qué carajo a ninguna autoridad le preocupa que la gente no lea. Por qué carajo los niños y jóvenes de las escuelas públicas leen y escriben con inmensas deficiencias. Por qué carajo Rafael Correa, que en su mandato se armó el andamiaje para la corrupción estatal, quiere darnos lecciones desde Bélgica. Por qué carajo el Estado paga un séquito inútil dizque para proteger al expresidente mientras en el Ecuador hay inmensas necesidades insatisfechas. Por qué carajo. (O)