Entre lo que hay que reconsiderar en el país, es urgente hacerlo con la política internacional, no solo porque debe reflejar la postura de los ecuatorianos, más allá de la de los gobiernos o partidos, circunstancialmente en el poder, sino porque hay principios básicos que respetar como los derechos humanos y los valores democráticos y porque el Ecuador debe evitar el aislamiento y buscar convenios que favorezcan su economía y su desarrollo.

La canciller ecuatoriana no asistió a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores y representantes diplomáticos, que se realizó recientemente en Lima y que entre una de sus resoluciones expresó su condena a la ruptura de la democracia en Venezuela.

Asistió a la VI reunión extraordinaria del Consejo Político de la Alianza Bolivariana de los Pueblos (ALBA), cuya declaración final fue de apoyo y solidaridad con el pueblo y el Gobierno venezolano ante las amenazas de la derecha internacional.

Valdría la pena que el presidente, quien debe definir la política exterior, que se ejerce en nombre de los ecuatorianos, se pregunte si nos interesa que los gobiernos sean de izquierda o de derecha o el respeto, bienestar, libertad y justicia para sus pueblos. (O)