Aproximadamente 3,5 kilómetros es la distancia que se recorre caminando por el Parque Lineal del Salado. Desde el puente Zig Zag a la altura de la avenida Kennedy, pasando por el parque Carlos Armando Romero Rodas, paralelo a la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, atravesando el paso peatonal sobre el puente 5 de Junio, continuando por la galería de los “Cinco como un puño” hasta la altura del puente El Velero y retornando al puente Zig Zag por la zona que se encuentra dentro de los predios de la Universidad de Guayaquil. Es muy placentero hacer ese recorrido temprano por la mañana. La brisa refrescante del estero Salado airea la caminata e inyecta la energía necesaria para la jornada de trabajo. Son muchas las personas que uno encuentra al paso. Los estudiantes de ambas universidades dirigiéndose a sus respectivas clases. Algunos hombres y algunas mujeres caminan, otros trotan, otros se ejercitan en el área donde hay una diversidad de aparatos de hierro útiles para fortalecer diferentes grupos musculares del cuerpo, otros pasean con sus mascotas.

Durante el recorrido, el paisaje del estero con su manglar se complementa con la flora y la fauna típicas de la zona. Plantas y árboles variados bordean el camino, las garzas lucen su figura en una orilla u otra, los pájaros trinan y las iguanas exhiben su pereza sobre las ramas de los grandes árboles. Y no hace mucho fueron inauguradas tres salas de actuación –en La Bota–, que brindan nuevos espacios de esparcimiento y cultura. Los fines de semana hay mucho movimiento de familias y amigos.

Un paisaje tan gratificante merece ser cuidado y protegido por todos, especialmente por los guayaquileños, seamos ciudadanos comunes o autoridades. Por eso, solivianta testimoniar cómo se contamina el estero con basura y desperdicios de alimentos que restan belleza y pulcritud a esta hermosa zona de nuestra ciudad. Bolsas y botellas de plástico, envases con restos de comida, grandes fundas de basura depositadas en los márgenes superiores se observan en diferentes áreas del manglar, alterando el ecosistema e interfiriendo con el equilibrio que requieren plantas y animales para mantenerse sanos. El área correspondiente al interior de la Universidad de Guayaquil está muy deteriorada. Hay mucho por limpiar y reparar. Es el área donde más basura acumulada hay. Independientemente de a quién corresponda el mantenimiento de este sector del parque –a la universidad o a la municipalidad–, las tareas de limpieza y reparación deben ser una prioridad. Se observan bolsas llenas de basura en una pendiente de la ribera del estero (en el sector del Zig Zag), que parecen estar esperando que alguien las recoja, y en esa antihigiénica espera arriesgan contaminar si son destruidas por algún animal o si se deslizan por el terreno inclinado.

Urge hacer conciencia sobre las bellezas naturales con las que cuenta nuestra ciudad, sobre el cuidado que merecen y sobre la responsabilidad que todos tenemos para conservarlas bien. Las autoridades, por su parte, debieran cumplir y hacer cumplir las ordenanzas de mantenimiento de los parques, sobre todo en lo que se refiere a higiene y no contaminación. (O)