El jueves de la semana anterior, en las calles Chimborazo y Manabí, la población vivió momentos difíciles, durante una balacera que se produjo por el intento de asalto a un vehículo blindado de transporte de valores. Según informes de la Policía, cuando uno de los empleados de la compañía de valores llevaba lo recaudado al blindado, fue amedrentado por seis individuos a bordo de dos motos y un automóvil. Sus compañeros atacaron a los asaltantes. Los comerciantes del sector se refugiaron en sus locales, nerviosos ante la llegada de 250 policías que rodearon el sitio, mientras desde un helicóptero también se buscaba a los delincuentes, que lograron fugar, sin el botín. Los hechos dejaron tres muertos y siete heridos.

A pesar de los operativos y requisas de armas y de que se ha reforzado la acción policial, los delincuentes son cada vez más audaces y la población se siente más insegura, pues la policía llega, sí, pero cuando los hechos ya han sucedido, lo que quizás quiere decir que se necesita mayor trabajo de inteligencia.

Necesitamos que se capture a los malhechores, pero más que eso, requerimos que los asaltos y la violencia no se produzcan. (O)