En la Organización Mundial de Comercio, en julio 21, el viceministro Humberto Jiménez informó del desmantelamiento de la salvaguardia en junio, que no había intención de reintroducirla o adoptar una nueva, y que Ecuador buscaría incrementar su comercio mediante la expansión de su red de acuerdos comerciales. Con eso se cerró un capítulo conflictivo dentro de la OMC.

El mensaje discrepa en su énfasis con las declaraciones internas, que Ecuador busca sustituir la salvaguardia con medidas restrictivas para las importaciones de bienes no considerados esenciales.

La búsqueda de nuevos acuerdos se inspiraría en el inmediato repunte de las exportaciones ni bien entró en vigencia el acuerdo con Europa. Guardan prudente silencio los funcionarios del Gobierno actual, rezagos del correísmo, que intentaron torpedear el acuerdo con Europa, que lo tildaron de neocolonialista, que calificaron de ignorantes y mediocres a quienes sosteníamos que el acuerdo favorecería nuestras exportaciones.

El próximo acuerdo importante por firmarse es con EFTA, que agrupa a un puñado de países de Europa Occidental que no conforman la Unión Europea. Les podemos exportar lo mismo que a la Unión Europea. Habrá que estar listos a firmar un acuerdo con Gran Bretaña, cuando se formalice su salida de la UE.

Hay en marcha acuerdos comerciales con países centroamericanos, lo que también nos conviene puesto que serían mercados para nuestra industria, al tener igual o menor grado de industrialización que Ecuador.

Al centro de nuestra política comercial debe estar mejorar nuestras relaciones comerciales con EE.UU. La unión americana exporta lo mismo que la Unión Europea, por lo que el acuerdo con esta última significará el gradual reemplazo de productos americanos por europeos en el mercado nacional. Lo cual puede llevar a que Washington considere excluirnos de la lista de preferencias GSP.

Hay que recuperar el mercado de EE.UU. Hemos perdido ventas de camarón ante asiáticos, banano ante centroamericanos, flores ante Colombia. El arancel estadounidense es bajo o inexistente para productos primarios, pero sube con el grado de valor agregado, lo que desalienta que invirtamos en industrializar nuestros productos primarios.

Un escollo es que Washington requiere una mayor protección intelectual en sus acuerdos comerciales que Bruselas. Puede haber objeciones de Washington a la ley de ingenios, que redujo la protección a la propiedad intelectual.

Desde el punto de vista tanto comercial como diplomático, el Ecuador debe integrarse a la Alianza del Pacífico, donde están México, Colombia, Perú y Chile. Ecuador no debería estar ausente de un foro donde esos cuatro países tan cercanos al nuestro conciertan políticas comerciales.

A través del Pacífico, dos países con los que deberíamos tener acuerdos comerciales son Japón y Australia.

El resto del Asia es un desafío. Los del sur venden lo mismo que Ecuador: banano, camarón, atún. El atún tailandés prima por sobre el ecuatoriano en el mercado peruano.

La producción industrial de Corea y China tiene precios menores que la europea, y constituiría una dura competencia para la industria nacional. A su vez, esos países se nutren de productos tropicales de sus vecinos: Filipinas (banano), Vietnam (camarón, café), Tailandia (atún, camarón). En cuanto a acuerdos comerciales con estos países, hay que ir con pies de plomo. (O)