Una vez más, quienes vivimos en Guayaquil, celebramos de una u otra manera un año más de la fundación de la ciudad. La fecha nos lleva a reencontrarnos con la urbe en la que día a día construimos nuestra experiencia existencial y a reconocer lo mucho que tiene para ofrecernos.

En estos días se puede escoger un encuentro con el arte o con el deporte o con la brisa que acaricia en las márgenes del río o del estero, o con los parques que en los diversos barrios son una excelente opción, o con la rica gastronomía que ofrece su variedad y exquisitez en la feria Raíces. Es también una buena oportunidad para constatar cómo nuestra ciudad ha ido cambiando y convirtiéndose en un mejor lugar para vivir.

La gestión municipal es la principal artífice del cambio y es mucho lo que se ha hecho, pero a nosotros nos corresponde cuidar y mantener nuestra “casa grande”, responsabilizarnos de ella, sentir que es nuestra, que con el espíritu solidario y la generosidad que nos caracteriza la compartimos y la ofrecemos a quienes nos visitan.

Disfrutemos de la ciudad que tenemos. Felices fiestas. (O)