Estamos acostumbrados a ver una variedad de vegetación en la ciudad sin cuestionar su procedencia ni el impacto ambiental que causa. En la región urbana como rural el paisaje ha cambiado considerablemente en el territorio del ahora Distrito Metropolitano de Quito.

La introducción indebida e irresponsable de flora y fauna extranjera ha puesto en peligro a nuestras plantas y animales. Fauna común como la preñadilla y guagsa son imagen de un ahora triste recuerdo de la infancia de nuestros abuelos. La flora de un humedal actualmente extinto en la capital del país, ya solo tiene espacio en el dibujo de un libro. Iniciativas en el Municipio han dado paso a la producción y recuperación de la vegetación. La próxima vez que sembremos en nuestro jardín hagámoslo con conciencia hacia las especies endémicas y nativas de la zona, las cuales con adecuado cuidado serán plantas agradecidas sin presentar plagas ni requerir mayor atención.(O)

Rubén Alejandro Bustamante López,
Quito