La generalidad de ecuatorianos tiene información incompleta acerca de la tragedia actual del querido pueblo venezolano. El canal de TV NTN no tiene las facilidades que tiene Telesur.

Caen ya en las calles 100 ciudadanos del “bravo pueblo” venezolano, asesinados con balas y gases. Este derrame de sangre se habría evitado realizando las elecciones, mandadas en la Constitución. Hace varios meses, en diálogo con los opositores, realizado con mediación de un delegado del papa, se acordaron esas elecciones como un camino hacia un encuentro. Maduro no lo cumplió, pero, para ganar tiempo, siguió pidiendo diálogo.

Comprensible el intento del actual Gobierno cívico-militar, orientado por Cuba, de amañar una nueva Constitución, de corte comunista. Detentando el poder, encubriría con la mortaja de 100 asesinados, crímenes comprobados.

Otros venezolanos piden, según la Constitución vigente, voto universal e igualitario del “Pueblo soberano”, para redactar una nueva y para aprobarla.

Maduro ha ordenado redactar una Constitución sin la consulta previa, exigida por la Constitución; pretende hacerla aprobar sin voto igualitario. Quien se opone es perseguido.

Los obispos venezolanos, “fieles a Dios y al hombre”, el 8 de julio, escribieron al presidente Maduro una carta, cuyo contenido está en concordancia con el papa Francisco.

Cito sus palabras: “Si usted quiere resolver la grave crisis de escasez alimentaria, de medicinas y de seguridad, que está causando incontables víctimas, particularmente entre niños y personas mayores en todo el territorio nacional, así como devolver a Venezuela su plena institucionalidad democrática, contemplada en la actual Constitución, es urgente:

1. “Reconocer la autonomía de todos los poderes públicos y trabajar conjuntamente con ellos, particularmente con la Asamblea Nacional y la Fiscalía General de la República.

2. “Retirar la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente”.

3. “Asumir e implementar los acuerdos, que se alcanzaron en la primera ronda de diálogo con la oposición”.

“El papa Francisco nos ha dirigido en repetidas oportunidades alentadoras palabras de solidaridad”.

Maduro gobierna de acuerdo al principio “Miente, miente. De la mentira algo queda”.

Que el Gobierno se niegue a consultar a los ciudadanos si quieren o no esa nueva Constitución obliga a los opositores a realizar mañana esa consulta al pueblo “soberano”.

Unos afirman que el resultado será vinculante. Aunque no fuera vinculante, es necesario conocer la voluntad de ese “soberano”.

Maduro se opondrá a esta consulta con todas las fuerzas del Estado militar cívico.

¿Qué harán los obispos? Cederán edificios de la Iglesia, para lugares en los que se realice la consulta al pueblo.

Los obispos venezolanos no buscan quedar bien, quieren arriesgarse, sirviendo especialmente a los pobres; para evitar que sean sacrificados en el altar del libreto cubano.

El comunismo ha traído adelantos, especialmente en la medicina. Paralelamente, cubanos que pueden salir salen del “paraíso”.

La conducta de los obispos venezolanos me recuerda la de Pío XII en una consulta al pueblo, de la que dependía la agregación de Italia al régimen comunista. Italia se libró de la postración de países posteriormente liberados del comunismo.

Los cristianos presentamos a Cristo, Dios y Hombre como “camino, verdad y vida”. (O)