La décima edición del Índice Mundial de Innovación, elaborado por la Universidad de Cornell, la Escuela de Negocios Insead y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, coloca a Ecuador en el puesto 92 entre 127 países. Una de las conclusiones es que sigue habiendo un desfase en la capacidad innovadora entre los países desarrollados y los países en desarrollo y que es mediocre el crecimiento de actividades de investigación y desarrollo, tanto a nivel estatal como empresarial.

Es importante para nuestro país, por su potencial agrícola, la afirmación de que “la innovación alimenta al mundo” y que en los próximos años crecerá la demanda mundial de alimentos mientras se limitan más los recursos naturales, por lo que la respuesta se encontrará en la innovación y perfeccionamiento del sistema agropecuario.

Aumentar la innovación en un país es un proceso que arranca en la escuela con el estímulo adecuado a la creatividad y crece en cada uno de los niveles educativos, hasta llegar a una universidad que genere conocimiento científico, pero se necesita, también, que la empresa y el Estado inviertan en innovación, que haya suficiente financiamiento y un marco jurídico seguro. No más retraso. (O)