Cumpliendo una promesa de campaña, el presidente de Estados Unidos anunció la ‘cancelación’ de la política de Obama hacia Cuba. Dijo que no levantarán las sanciones hasta que todos los presos políticos sean libres, todos los partidos políticos legalizados y se programen elecciones libres y supervisadas internacionalmente. Se prohíben los viajes de turismo a la isla y los viajes individuales para hacer contacto con el pueblo cubano, y se hará auditoría a los estadounidenses que viven en Cuba para asegurarse de que no violan las sanciones de Estados Unidos.

Estados Unidos y Cuba rompieron relaciones en 1961. En 1962, Estados Unidos dispuso el embargo total del comercio entre los dos países, lo que causó grave daño al pueblo cubano pues afectó su economía. En diciembre del 2014, en acto simultáneo, seguido con atención por el mundo, Obama y Raúl Castro anunciaron la reanudación de relaciones, con miras a avanzar hacia el fin del embargo.

Según parece, Trump espera contribuir a que el pueblo cubano recupere pronto la democracia, pero también podría ocurrir lo contrario y se ha cortado la posibilidad de seguir trabajando para poco a poco desmantelar los obstáculos para que los cubanos vuelvan a vivir sin ataduras. (O)