Hoy es un día muy especial al recordar las vivencias de un ser que nos trajo al mundo incomprensible y lleno de vicisitudes, de amor, afecto, a un ser querido por sus cualidades de hombre de bien, por sus virtudes, defectos y valores que demostró durante su vida como persona.

Honesto, sincero, sencillo, humilde y amigable, que nos hacía ver lo bueno y lo malo de esta vida, llena de conflictos, penas, alegrías, tristezas, angustias y sentimientos adversos. Porque así es la razón de vivir que es la vida, y la vida es la razón de vivir.

Un ser humano que nos enseñó el trabajo desde muy pequeños, porque así fue él, un vendedor de pescado, ebanista, vendedor de refrescos, futbolista y así fue creciendo, comerciante de radios y vitrolas.

Luego tuvo un bar por 50 años y nosotros éramos los empleados, porque no le gustaba tenerlos. Así fue formándonos y educándonos para ser hombres de bien para la sociedad. Mi padre fue jefe Político por dos ocasiones en Santa Elena. Y agente distribuidor de Diario EL UNIVERSO, quien lo galardonó por sus años de servicio.

¡Ese era mi padre!

Para orgullo de nuestra familia, quien era feliz cuando sus hijos se graduaron de bachiller, universidad y esa felicidad la demostraba con emoción al ver a sus hijos triunfar.

Cómo no recordar a mi querido padre, quien fumaba cigarrillo por su trabajo y por sus malas noches, pero en mis 71 años que tengo jamás he probado un cigarrillo.

Cómo no recordar a mi padre que siempre me decía, qué bonito es cuando vienen a buscarte para trabajar en colegio, universidad y fundación de alcohólicos y adictos.

Así fue mi padre y que Dios lo bendiga en el más allá. (O)

Manuel d J. Alejandro R.,
Doctor, Guayaquil