Deseo referirme al tan cuestionado Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), en vista del sonado escándalo por la pugna de poderes dentro de la Contraloría General del Estado, donde queda demostrado una vez más que el CPCCS vela por los intereses del aparato correísta y no por los derechos de los ciudadanos, tal como lo manda la Constitución de la República.

El CPCCS es el máximo ejemplo de una utopía. Este ente creado por la Constitución de Montecristi (redactada por el correísmo), nace con la idea de democratizar las instituciones de poder público y despolitizarlas, convirtiendo a los miembros del mencionado Consejo en personas con plenos poderes para la designación de cabezas en las entidades de control, incentivando el ejercicio de los derechos relativos de participación ciudadana, según el artículo 207 de la Constitución. Luego de una década hemos notado que tal independencia, democratización de las instituciones y despolitización, es tan solo letra muerta. Las instituciones no son, nunca lo han sido y no serán jamás apolíticas por el simple hecho de que están compuestas por seres humanos que siempre tendrán un pensamiento o inclinación política en pro de su autodeterminación... El artículo 208 de la Constitución en su numeral 4 indica que una de las atribuciones del CPCCS es la de investigar denuncias sobre actos de corrupción de sus “elegidos” pero, ¿cuántas investigaciones existen en 10 años?, me atrevo a decir que ninguna. Opino que el CPCCS es un ente creado para escoger a las cabezas de las entidades de control, entre personas allegadas al correísmo, ha sido comprobado con el pasar de los años.

El presidente Lenín Moreno tiene una oportunidad histórica para ejercer un “acto revolucionario dentro de la revolución”, dando un gran giro a la política y enviando a autoridades de control a sus casas; ¿cómo?, existen los mecanismos constitucionales, por lo que no es posible hoy en día descartar una Asamblea Constituyente, pero solo queda en él ejercer mano dura contra la corrupción y no permitir que esa lucha sea impedida por unos, de la Asamblea Nacional.(O)

Jorge Gabriel Mancheno Gómez,
Guayaquil