Luego de la interesante y positiva participación de los lectores, con valiosos aportes, para solucionar el problema derivado de la expulsión que, desde el campo hacia las ciudades, sufren los jóvenes rurales por el actual sistema de educación formal que se les imparte, ha sido alentador conocer el resultado de la investigación realizada a petición del Grupo de Desarrollo Rural, Rimisp, y presentado en su reunión del 31 de mayo último, en Quito, a la que lamentablemente no pude asistir.

El tema fue Casos de emprendimientos agroalimentarios de jóvenes rurales, cuyos resúmenes transcribo:

Emprendimiento: Nuevo futuro de Paquiestancia, una asociación dedicada a la ganadería, que tiene 30 socios y acopia 1.300 litros de leche diarios, iniciada en el 2010, con apoyo de BID, Floralp y Magap.

Tienen problemas de baja calidad y productividad, comercializan a través de intermediarios, les falta financiamiento y asociatividad. Para solucionarlos, con capacitación y nuevas técnicas, están mejorando calidad y productividad, construyendo un centro de acopio, asegurando la venta, gestionando recursos y asociándose con quienes quieren cambiar.

Otro: Granola de cacao con coco o maní, de la Asociación Aproca. El cacao triturado, combinado y endulzado con panela, se vende en tarrinas en ferias y degustaciones, por los mismos asociados, con el apoyo de su gobierno provincial, una cooperativa de ahorro y crédito y una ONG. Tienen problemas para acceder a créditos y dificultades para conseguir patentes y registro sanitario.

Tercero: Mishki. Niños saludables, futuro saludable. Produce barras energéticas y cereales a base de granos andinos como chocho, quinua y amaranto. Es una iniciativa individual y tiene el apoyo de Mushuk Yuyay; pero debe superar falta de financiamiento, constitución de microempresa y registro sanitario.

Cuarto: Tianguez cultural Ñucanchik micuna: El emprendimiento consiste en un centro de acopio, transformación y distribución de alimentos provenientes de agriculturas familiares y la aspiración es convertirlo en un centro de educación para alimentación sana, limpia, justa y diversa. Todavía no tiene apoyo externo y se basa en la autogestión. Tiene problemas de financiamiento, transporte, comunicación, tecnología para mejorar conservación e investigación.

Quinto: Apícola Los Andes. Es una empresa individual de producción que ofrece miel de abeja, tintura de propóleo e insumos necesarios para la apicultura. Entre sus apoyos tiene una beca del Gobierno de Israel para capacitación, así como ayuda de la Asociación de Apicultores de Pichincha y, aunque demorada, de Agrocalidad. No logra accesos a recursos tecnológicos de bajo costo. La Escuela Superior de la Politécnica del Ejército está realizando un catastro y análisis sanitario.

Sexto: Finca modelo de producción de café. Busca brindar asesoría y asistencia técnica a productores de café a través de prácticas en una finca en gestación, especialmente diseñada para el efecto, pero ya advierte dificultades y problemas como renuencias a pagar por este tipo de servicios y, por tanto, falta de financiamiento.

En todo caso, ¿no le parecen ejemplos interesantes, que consuelan y hasta ilusionan para detener adecuadamente el éxodo campesino? ¿Merecen apoyo y ayuda? ¿Sería tan amable en darme su opinión? (O)