José Luis Sampietro Saquicela

Cerca del 21 de enero de 2010, se produce en el mundo la llamada Operación Aurora, cuya consecuencia fue el cierre definitivo de operaciones de Google en China (Google.cn). Algunos de los productos más usados de Google son Maps, YouTube, Google Play, Gmail, Drive, Chrome, Earth, Scholar, y en sistemas operativos: Android.

Algunas aplicaciones, además de su utilidad comercial y uso cotidiano extendido, permiten e incentivan el desarrollo técnico científico en diversas áreas, como, por ejemplo, los estudiantes universitarios y de bachillerato codifican aplicaciones informáticas en Android, para plataformas domóticas y de inteligencia artificial.

Otro ejemplo es el uso de Google Académico para el desarrollo científico en distintos centros de investigación del país, que al no contar con bases de datos científicas (repositorios de revistas indexadas), en donde puedan descargar artículos técnicos y científicos actualizados y de manera gratuita, deben usar esta herramienta para que los redireccione a servidores que guardan estos documentos, en algunos casos libres de costos.

El cierre de Google en el país oriental, que en algún momento fue comparado con el levantamiento del muro de Berlín en el área tecnológica, obedeció a una serie de sucesos que finalizaron en la Operación Aurora, y empezaron con la creación de una ley de regulación de contenidos para los usuarios, a los que se les permitiría el acceso a la información, pero no a toda aquella que circula libremente en los servidores web.

Esta mencionada ley, entre algunos de sus aspectos principales, se basa en que ninguna unidad o ente puede emplear internet para “crear, reproducir, recuperar o transmitir” información que: 1. Incite a derrocar al Gobierno o el sistema socialista; 2. Incite a la división del país, perjudicando a la unificación nacional; 3. Diga falsedades o tergiverse la verdad, y difunda rumores, destruyendo el orden de la sociedad; 4. Perjudique la reputación de los órganos del Estado.

El Gobierno chino, para poder asegurar el cumplimiento de estos preceptos, se vio en la obligación de tomar acciones como la construcción de un cortafuegos capaz de filtrar los contenidos que recibe, conocido como “Golden Shield Proyect”. La acción de filtrado se realiza entonces por palabras claves censuradas, direcciones IP bloqueadas, entre otras.

Paralelamente, existen grupos especializados destinados al control del tráfico de internet, monitorizando los contenidos para establecer censuras y establecer castigos de ser necesarios.

El constante roce y fricción de ideales fue entonces lo que provocó la salida de este tipo de empresas del mencionado país.

Hoy en día, varios años después de tener como ejemplo estos sucesos, se envía una ley a la Asamblea, que busca evitar los actos de odio y discriminación en las redes sociales, exigiendo a los proveedores que: 1. Elaboren informes trimestrales relacionados con la gestión de reclamos y reportes sobre contenido ilegal. 2. Establezcan un procedimiento eficaz para solventar los reclamos y reportes de contenido ilegal. 3. Designen a un agente interno, responsable del cumplimiento de las obligaciones establecidas en la normativa. 4. Estén sujetos a la imposición de multas económicas.

Las historias se asemejan, con la diferencia de que el país exige a los proveedores el control y no queda claro hasta dónde toma parte del mismo. ¿Si el final es el mismo, estamos preparados informáticamente para suplir estos servicios con medios propios? (O)