El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil inició una investigación contra el presidente de ese país, Michel Temer, después de conocer una grabación en la que avala el pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, quien está en prisión por su implicación en el sistema de sobornos de la empresa Petrobras.

Las denuncias y la decisión del STF ponen en riesgo la continuidad de Temer en el Gobierno, al que accedió hace menos de un año, mientras miles de ciudadanos en las calles de Río de Janeiro y Brasilia piden la renuncia al presidente.

Los brasileños parecen dispuestos a erradicar del poder a todos los políticos corruptos, como debe ser y es posible en los países en los que la función Judicial y los jueces consideran su independencia como garantía para el cumplimiento de su deber y para la honestidad y la ética en el ejercicio de la función pública. Todo proyecto serio de erradicar la corrupción exige una selección rigurosa de los jueces que va más allá de los exámenes y currículos y se complementa con una evaluación constante, cuyos resultados deben ser decisivos para su permanencia en el sistema de justicia. (O)