Comparto más opiniones de lectores al conocer que el sistema educativo expulsa a los alumnos de la ruralidad, según mi primer artículo, sobre el tema, publicado el 26 de abril de 2017:

La gravedad del sector rural y de las amenazas sobre su agricultura demanda acciones urgentes que preserven el autoabastecimiento alimenticio y promuevan el desarrollo integral del campo.

Es imprescindible que se promuevan institutos técnicos de cuarto nivel orientados a darle valor agregado a la producción agrícola.

Una de las propuestas del presidente electo es crear 40 universidades. Más apropiados son institutos cerca de zonas rurales, que prepararían a profesionales en tres años y serían una excelente alternativa para jóvenes que no consiguen cupo en las universidades.

Para un gobierno es más económico proporcionar servicios, en general a una población concentrada en la ciudad que a una desperdigada en el campo. Mi nativo Tenguel se ha desarrollado muy poco, si lo comparamos con mi barrio de la 31 y Argentina.

En banano necesitamos programadores, expertos en logística, administradores de fincas, diseñadores de empaque, expertos en relaciones humanas, etcétera.

Pequeñas comunidades serranas y del Oriente, en agroturismo agrícola y de aventuras, logran mucho intercambio cultural y rentabilidad.

La permacultura urbana y rural son otros buenos ejemplos de incorporación del hombre al campo.

La verdadera agricultura orgánica o ecológica es más amigable, espiritual, autárquica, y hace libres e independientes a los campesinos. Esto es peligroso para el sistema.

Ya no provoca trabajar más en esta actividad, nos persiguen con normativas absurdas para nuestras condiciones reales, disposiciones ambientales, reglamentos de salud ocupacional costosos, impuestos excesivos.

Nunca hemos tenido mucha rentabilidad. Estamos perdiendo patrimonio y queremos salir de la actividad, no se imagina la cantidad de propiedades en venta.

El riesgo de la agricultura familiar radica en la escasa rentabilidad, y eso hace que mucha gente migre a las ciudades.

El abordaje actual de la ruralidad y sus territorios comprende conceptos como fenómenos complejos y dinámicos.

No puede olvidarse la multiplicidad de funciones desarrolladas por la ruralidad, sus actores y contribuciones al desarrollo y bienestar social.

Por eso, afirmo yo, hay que fortalecerla.

Causa subdesarrollo rural la disfuncionalidad y mala calidad del sistema de educación rural; es necesario encontrar soluciones proporcionando a extensionistas y a sus habitantes una educación emancipadora de dependencias, orientada a formar correctores de ineficiencias, solucionadores de problemas y sujetos activos del desarrollo rural.

Falta apoyo total a los agricultores, eliminando aranceles en los insumos o impuestos, así podrían mejorar los salarios, con un seguro social real y escuelas especializadas que mejoren la productividad.

Requieren acceso a servicios básicos, escuelas, hospitales, seguridad y transporte: solucionar adecuadamente sus necesidades.

El trabajo del campo es físicamente duro y necesita ser apoyado, respirar su aire puro, el sentir emoción al ver crecer y consumir algo que sembraste con tus manos, al parecer no es suficiente para evitar que la gente migre.

Todavía hay más: ¿lograremos que el sistema educativo no expulse a los campesinos hacia las ciudades?

¿Sería tan amable en darme su opinión? (O)