Bien decía mi abuela: la envidia nunca es buena, mata el alma y la envenena. La verdad tampoco había tenido necesidad de desear la suerte ajena, porque fue la misma abuela la que me convenció de que “la suerte de la fea, la bonita la desea”, así que yo siempre fui su nieta con suerte. Por las buenas o con berrinches siempre lograba lo que quería, cuando era niña. Posteriormente supe que la suerte estaba ligada al trabajo, así que más de un sueño he podido cumplir. Pero últimamente no sé lo que me pasa, me estoy volviendo envidiosa, con decirles que deseo hasta al marido de la mujer de George Clooney. ¡Terrible!

Debe ser la crisis y la poca plata que he tenido últimamente lo que está influenciando en mi forma de ser y volviéndome envidiosa. Es que para qué también hay tantas cosas que envidiar…

Una de las cosas que más envidio es, por ejemplo, el trabajo de Freddy Ehlers, ¡qué bestia, qué suertudo que es! Yo ya me palanqueé esa posición y no me pararon bola, con pruebas les hice ver que yo regaba felicidad a mi paso, que hasta mi marido era feliz a mi lado, pero no conseguí nada, creo que el man tiene bien amarrado su cargo. (Como yo y cualquiera, claro está).

Otra cosa que envidio es la capacidad asesora de Alecksey M. ¡Qué brutal, qué hombre con suerte! ¡Qué no diera yo para ser como él, para saber lo que él sabe, para hacer lo que él hace, para que me pregunten lo que le preguntan a él, yo responder y luego cobrar! Quién como él la verdad, gran asesor, superasesor, megaasesor, ¡asesorazo!

Es que a mí, a diferencia de Alecksey M., la gente me ve la cara. Me invitan a dar charlas, a motivar a la lectura, a responder cientos, miles de cuestionarios, a informar cómo se hace esto o aquello, a dar talleres a chicos y a grandes; y, cuando pregunto tímidamente cuánto me van a pagar, me cae como hachazo la pregunta ¿usted cobraaaa?, ¡qué le pasa, no sabe que para la cultura no hay presupuesto!, ¿es usted tan indolente que quiere que le paguen por lo que hace? Entonces termino diciendo “perdonará nomás” y realizando la actividad que me piden, gratis, totalmente gratis.

¿Tan feo es este Alecksey M. para tener tanta suerte? ¿O será que yo me habré vuelto regia con los años y con ello se me acabó la suerte?

La única verdad es que yo duermo tranquila, no necesito que el Mashi salga a tapar el sol con un dedo, ni hago que el pobre fiscal quede como un pusilánime. Yo tengo mi conciencia tranquila, puedo mirar de frente, abrazar con sinceridad, reír con ganas y vivir en paz. No necesito el trabajo de Freddy porque la vagancia es madre de todos los vicios, ni tampoco cobrar por las asesorías de Alecksey M.

Tengo más suerte que todos, porque poseo algo que valoro mucho y que hoy en día es un bien muy escaso: tengo sangre en la cara como toda la gente decente. (O)

¿Tan feo es este Alecksey M. para tener tanta suerte? ¿O será que yo me habré vuelto regia con los años y con ello se me acabó la suerte?