Luego de escuchar y ver a través de las noticias acerca de una “fuga” de agua, desperdicio desde hace algún tiempo en un sector de la ciudad, me obligo a publicar que en dos ocasiones me he presentado en una de las oficinas de Interagua, a reportar situaciones similares en sitios aledaños a mi vivienda. En la primera ocasión la respuesta fue a las pocas horas, y a las 48 horas se corrigió la falla. En la segunda, el tiempo de respuesta fue mayor pues alguno de los vecinos dijo que no era agua potable, sino que eran aguas servidas, lo que seguramente obligó a la empresa reparadora a efectuar algún estudio adicional para mayor seguridad; pero después de dos semanas el daño fue reparado, se limpió el área de trabajo y el parche de asfalto quedó como testigo de que ahí hubo un desperfecto y lo arreglaron.

Desconozco cuál es la empresa (o las empresas) que tiene a su cargo este tipo de eventos, cuáles serán los procedimientos que se han llevado a cabo en cada caso para reportarlos, pero considero que la participación de la colectividad es importante y necesaria para prevenir estas fugas de agua, y del dinero de todos. Y no es nada malo dedicarnos a ser vecinos preocupados por lo que ocurre en los barrios, y al primer signo de que algo no bueno está sucediendo en cualquier sector de nuestra ciudad, tomarnos el tiempo para reportarlo ante la oficina pertinente; tanto más si nuestra preparación y nivel de civismo nos permite dar la cara junto con nuestros nombres y otros datos personales, porque no estamos incurriendo en nada incorrecto. La última vez que fui a denunciar lo relatado, el atento empleado me pidió que calificara la atención que yo había recibido de su parte, me negué, le indiqué que yo era el que debía ser calificado por tratar de ser buen ciudadano, a lo cual el atento servidor no dio respuesta.(O)

Eduardo Vargas Tobar, doctor en Medicina, Guayaquil