Todos los ciudadanos merecemos protección especializada. ¡ Yo he sido asaltada en mi negocio, en lo que va del año, tres veces; aun teniendo evidencias en las cámaras filmadoras, nos dicen que no sirven de nada porque ¡jueces los liberan inmediatamente!

En la madrugada –04:30– del martes 2 del presente mes, un delincuente entró a mi local y se robó lo que más pudo, fui a la UPC (Unidad de Policía Comunitaria) y en vano me mandaron a un guardia motorizado y no quiso ni ver el video, no le competía.

Después llamé a la Policía porque el delincuente estaba frente a mi local, vinieron dos gendarmes, tampoco hicieron nada teniendo al delincuente en la acera de enfrente. Ya que lo habíamos identificado, esperábamos que sea apresado. El cabo ordenaba a otro cabo que lo capturara, pasaron unos diez minutos de una “charla” infructuosa; fue demasiado tarde, el delincuente salió corriendo a vista y paciencia de propios y extraños.

Estoy conmocionada ya que mis impuestos pagan los sueldos de estos señores; simplemente se lavan las manos, es la forma de evadir diciendo que son los jueces los encargados. ¿A quién puedo acudir? Me atrevo a decir que el país está en un hervidero por la poca ayuda que ciertos servidores públicos prestan.

Y la cereza del pastel fue cuando la semana anterior se llamó al ECU-911 para denunciar que gente desagradable estaba causando escándalos y peleas por cobrar a quienes estacionan sus vehículos, y respondieron que llamara al Municipio. Me sentí como una “pelota”, rodar; en el Municipio me dijeron que era la Policía, y de la Policía una persona dijo que quienes contestan el ECU-911 no están preparados. No puedo creer que en una inversión de esas envergadura el personal no sepa a quién redireccionar las llamadas. Entonces mi apremio es que se cuiden nuestros intereses y el de nuestros trabajadores.(O)

María Isabel Mendoza Arias, empresaria, Guayaquil