Hemos visto cómo en Venezuela se han agravado los problemas en los últimos días; entretanto, sigue siendo clamoroso el silencio ante el régimen de Maduro –cuando no el apoyo– de tantos izquierdistas occidentales. La doble vara de medir resulta manifiesta, sobre todo si se considera cómo estuvieron en su día en primera línea para combatir la violación de los derechos humanos por parte de las dictaduras militares de América Latina.

Se cumple lo que decía un presidente americano en los tiempos de la guerra fría: “son unos bastardos, pero son los nuestros”. De hecho, Nicolás Maduro prometió liberar a Leopoldo López, si era puesto en libertad el independentista puertorriqueño Óscar López Rivera. Barack Obama lo indultó antes de abandonar la Casa Blanca. Sin embargo, la peculiar ética chavista le ha impedido a Nicolás Maduro cumplir su palabra. Este es solo un caso más. (O)

Xus D. Madrid, Girona, España