Muchos jóvenes viven días de incertidumbre. Es época de obtener cupo para ingresar a las universidades del Estado. Bachilleres que lograron entre 700 y 820 puntos sobre 1.000 en la prueba Ser Bachiller tienen dificultades para conseguirlo. Los cupos se asignan en orden descendente y puede ser que aunque tengan el puntaje requerido, no lo alcancen si se llenó con quienes lo tenían mayor. Entonces van a una lista de espera para conocer en qué carreras quedaron cupos, porque alguien no eligió una de las asignadas. Están esperando que el Sistema Nacional de Admisión anuncie las fechas de las siguientes asignaciones.

Los bachilleres esperan una formación que les permita ubicarse en el aparato productivo de su país y el Estado tiene la obligación de ofrecerles alternativas de educación superior, los institutos tecnológicos, por ejemplo, pero tampoco son suficientes. La demanda de personal con formación tecnológica es importante para el desarrollo del profesional y del país.

Si los jóvenes no tienen oportunidad de educación superior ni de empleo, integrarán, con todos los riesgos que eso representa, la fila de los nini (ni educación, ni empleo), cara visible de un sistema injusto e ineficiente. (O)