Después de una década en la que por medios de comunicación hemos dejado de aprender del comportamiento social que se nos inculcaba en el hogar y la escuela para dirigirnos al prójimo, tenemos grabados en la mente los términos con que se descalifica y amenaza a hombres y mujeres de cualquier estrato social, clase política o económica.

Con la elección del domingo 2 de abril aspiraba a que la situación beligerante cambiara, principalmente para recuperar las buenas costumbres, como el ejemplo que deben dar autoridades de los valores que deben contagiar a la ciudadanía.

Lamentablemente este capítulo no se cierra, mostrando desde esferas de poder a personas para quienes su nuevo cargo (aunque con nombramiento pendiente) tiene que anteponerse al título profesional obtenido; ¿hasta cuándo?, hasta que venza el período del ejercicio de su cargo o muy a nuestro pesar se mantenga.(O)

Susana Calvo de Vélez, doctora, Cuenca