Desde tiempos inmemoriales la lucha por la supervivencia ha sido la justificación para que el ser humano agreda y traspase límites racionales, justificando el dominio a los otros en pos de obtener seguridad permanente. En el ámbito individual, el dirigente puede ser más influyente y hasta ser perjudicial. Resulta paradójico este contrasentido, la historia lo confirma al revisar sus páginas, Gengis Kan, Carlomagno, Hitler, fueron causantes de graves enfrentamientos entre pueblos, para luego de sus “conquistas” diluirse a través del tiempo. Rebasaron límites éticos y morales, originando dolor posterior para ellos mismos.
En la actualidad, la humanidad no está para disquisiciones de esta índole, ya conocemos las consecuencias del comportamiento de liderazgos así. Hoy nos enfrentamos a problemas que nunca antes se los consideró y hay que buscarles soluciones acorde a las necesidades. Satisfacer a más de 7 mil millones de personas, a futuro serán más, debe ser la prioritaria labor no solo del líder de cualquier país sino de la mancomunidad de jefes de Estados. Al respecto han surgido manifestaciones insuficientes. Su aumento progresivo en un planeta que no podemos agrandar ni concretar posibilidades de hallar otro semejante para expandirnos, obliga a visionar nuestros límites. La mejor concreción para continuar el sistema de vida alcanzado debe fundamentarse en valores éticos y comportamientos morales que den bases para que el Derecho, como origen de la ley, encamine el avance de la ciencia a través de la inventiva e innovación que conlleva. Son comprensibles nuevas proyecciones respetando los derechos ajenos al administrar justicia, combatir la pobreza con la atención a las necesidades más apremiantes; si no ese desbalance social, ambiental, económico, producirá unas limitaciones políticas de graves consecuencias.
Ética y moral son vértices de los fundamentos para originar leyes que deriven en progreso, paz; ideales que deben ser práctica constante; lo contrario serán resultados negativos a la preservación del sistema de vida presente y futura. (O)
Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia, Guayaquil