El licenciado Lenín Moreno, quien pretende suceder al actual dictador, se disgustó el otro día porque, según él, un periodista le habría faltado el respeto por no decirle “señor presidente electo”. La reacción del licenciado sorprendió a muchos. Para comenzar, el respeto que una persona inspira no es producto de una exigencia de ella, y menos de una orden, sino que es el resultado de su formación ética. Y para ello de nada sirven los títulos de licenciado, máster, y toda esa parafernalia de diplomas que a muchos les gusta exhibir, como para maquillar su mediocridad, y otros hasta los compran, falsifican u obtienen copiando.

Pero lo más sorprendente es que el licenciado parece ignorar que durante diez años respeto fue precisamente lo que no tuvimos los ecuatorianos de parte del dictador. Fueron diez años, licenciado, durante los cuales el dictador que a usted hoy lo cobija tiernamente en los brazos les faltó el respeto a los ecuatorianos. Les faltó el respeto a mujeres activistas, a adversarios políticos, a periodistas, a indígenas, a maestros, a empresarios, a sindicalistas, a jóvenes y ancianos. Inclusive denigró a personas por su físico. Fueron diez años, licenciado, de insultos. Hasta que los ecuatorianos se hartaron, y se han levantado para decir basta. De lo contrario, en cuatro años volveremos a tener otro fraude, y luego otro, y después otro, y así sucesivamente.

No solo que el jefe de su clan les faltó el respeto a los ecuatorianos. Es que, además, les faltó el respeto a la Constitución, a las instituciones republicanas, y la ley. ¿No es acaso faltarle el respeto a la democracia que los procesos electorales hayan sido dirigidos por coidearios, y hasta compadres del dictador, gente que hasta le profesa su admiración el mismo día de las elecciones? ¿No es acaso una falta de respeto a la institucionalidad jactarse públicamente de ser dictador? ¿O de haber convertido al Ecuador en uno de los países más corruptos del mundo, donde ha crecido una casta de nuevos ricos a base del saqueo de las arcas fiscales? ¿No fue una falta de respeto haber auspiciado un fraude informático para ganarse una millonaria sentencia, tal como sucede ahora que, mediante otro fraude informático, quiere ganarse unas elecciones?

Licenciado, usted que hoy pide que se lo respete, ¿cuándo le expresó al dictador su desacuerdo con su falta de respeto hacia los ecuatorianos? ¿O usted tuvo miedo de decírselo, o estaba de acuerdo con ello, o no le importó? En cualquiera de los casos, usted fue cómplice; y por ello sorprende, y hasta causa hilaridad, que ahora pida que se lo respete.

Es que nadie puede esperar recibir más de lo que merece. ¿O usted cree que no fue una falta de respeto a los ecuatorianos haber solicitado más de un millón de dólares al fisco, de nuestros impuestos, para vivir cómodamente con su familia en Ginebra sin ser funcionario? ¿O de cobrar diez mil dólares a entidades públicas por contarles chistes? (O)