En estos días he sentido maripositas en el corazón al escuchar cantar el himno nacional con toda la devoción. Un ecuatoriano canta orgulloso el himno nacional solo en el estadio cuando juega la Tri. Uno es ecuatoriano en su partida de nacimiento, pero va creciendo y desarrolla un desinterés por el país. Escucho frases como “¡odio este país!”, “¿por qué nací aquí?”, “esto no pasaría en otro país”, “maldito tercer mundo”.

Pocos en el país saben de la historia del Ecuador, que el 10 de Agosto de 1809 Ecuador marcó un hecho histórico en la libertad de América. La mayoría recibió la misma teoría, pero poco quedó en la cabeza porque simplemente era la historia del Ecuador. El ecuatoriano sufre una crisis de identidad por no sentirse parte de su país. Un ejemplo de nacionalismo pueden ser los argentinos y chilenos, ellos tienen una seguridad de identidad, hacen cosas y venden y la gente les compra, les celebran. ¿Pero qué pasa en Ecuador?, siempre hablamos de un mal fútbol, un mal cine, una mala música; esto lo suelo escuchar, porque muchos no se respetan, no aman ser ecuatorianos, se acomplejan. Sea cual sea el resultado de la fiebre política de estos momentos, los invito a reflexionar sobre toda esa pasión expuesta en las calles estos días; esta fiebre debe existir siempre. El ecuatoriano debe creer en el Ecuador, es lo más valioso que tiene y por ende lo debe cuidar; no esperar a que lleguen opresores para tener que salir a la calle, estar siempre en alerta, y amar al país es no huir. El verdadero cambio está en nosotros, no en un candidato, un licenciado o un presidente. Sé ecuatoriano no solo de partida de nacimiento, ama serlo y créetelo. (O)

María Daniela Zea Garcés, comunicadora audiovisual, Samborondón