En la comunidad científica no hay acuerdo, unos le llaman El Niño, otros El Niño Costero, yo le llamo Cambio Climático. Desde el año pasado sostengo que las condiciones climáticas del Ecuador están cambiando. Grabé mis expresiones en algunas radios donde dije que el llamado “invierno” ecuatoriano, se extendería hasta junio, además cuando todos predecían que se venía El Niño, fui claro en decir que no era Niño.

Este año vuelvo a reiterar: el invierno durará hasta mediados de junio. Acabamos de atravesar una de las etapas más complejas de este invierno, en Perú hubo 78 muertos, 100 mil damnificados y 600 mil afectados, que no es cualquier cosa. En Ecuador tuvimos también inundaciones “hídricas” en algunas ciudades, pero la inundación política no nos da tiempo para inundarnos de otra cosa.

Se viene una nueva etapa de clima severo, ¿cómo lo sé?, de la misma forma en que supe que se venía la reactivación sísmica y el terremoto de Pedernales, lo primero lo dije en el 2000 y lo segundo en el 2006, proyecciones de comportamiento, una visión prospectiva y pensamiento lateral combinados, además una conferencia de por lo menos 3 horas para explicarlo. Si queremos proyectar un proceso natural, sus variables deben de estar en permanente cambio, en eso se basan mis aciertos.

Desde hace años considero que los terremotos están relacionados con la actividad solar, por eso monitoreo el sol, accedo a sitios oficiales del mundo y semanalmente o diariamente, según sea el caso, hago lecturas, las mezclo con ecuaciones y visión crítica.

El sol está actuando muy raro desde el año 2000. ¿Se acuerdan de los Mayas?, atraviesa un mínimo muy mínimo, que estando en máximo sigue siendo mínimo, definitivamente esto tiene un efecto sobre la sismicidad, lo que ha provocado grandes terremotos en los últimos años.

Al grano como dermatólogo, mientras todos discuten si es Niño o Niña, como en un “Baby Shower”, yo digo: como el sol, que gobierna nuestro clima, anda hecho el indómito, carga al clima un poco abatanado, lo que dure su vesania durarán los cambios climáticos que sufrimos. Durante las próximas semanas atravesamos el equinoccio, pasamos al otoño en el hemisferio sur y para colmo un hueco en la corona del sol ha liberado una llamarada que va hacia la tierra, dos efectos concomitantes, no son augurios de buen clima.

Este tipo de inviernos no es un fenómeno puntual, sino una tendencia climática que se mantendrá por algún tiempo hasta que el sol regrese a su comportamiento normal, llevamos 17 años de comportamientos atípicos, pero lo indicadores muestran un retorno a la calma.

Clima severo implica deslaves, pérdida de carreteras, inundaciones, pérdida de puentes, daños, víctimas, damnificados, como en Perú la semana pasada. Espero que no nos toque en la misma proporción, pero ya saben que cuando hablo es por algo.