Al momento de escribir estas líneas, la sociedad ecuatoriana se encuentra en estado de ebullición.
Créame, estimado lector, que a ratos quisiera no saber nada, no conocer a nadie, y solamente dejarme llevar por lo que leo y escucho en la prensa.
Sin embargo, este espacio que generosamente Diario EL UNIVERSO me ha cedido por más de 11 años, me impone tomar una posición y compartirla con ustedes.
Lo que estamos viviendo no es ninguna sorpresa. Sabíamos que nos enfrentábamos a un Estado al servicio de una candidatura, contra un candidato, que aunque tiene una importante chequera, no le alcanza para competir con la de todos los ecuatorianos.

Que está vigente el Código de la Democracia, y todas sus reglamentaciones, que el CNE es una institución tomada por el correato.
Y contra esa realidad solamente los votos podían hacer posible el cambio.
Sí, una abrumadora victoria, que fuere incuestionable e irreversible, como la de la oposición venezolana que se tomó la Asamblea Nacional, o la de Jaime Nebot y Mauricio Rodas en las seccionales del 2014.
La realidad es otra. Por motivos que serán materia de análisis posterior, el conteo rápido de participación ciudadana (que goza de credibilidad generalizada) dio una ventaja, aunque dentro del margen de error, para Lenin Moreno, en concordancia con el contratado por el CNE, que le da el triunfo a Moreno con un margen mayor.
Lo único que ha exhibido la campaña de Lasso a su favor, hasta el momento de escribir esta columna, es el exit poll de Cedatos, porque valga la oportunidad para aclarar, ni Market ni Informe Confidencial hicieron exit poll. Y con un exit poll no se puede ganar la presidencia.
Los resultados aún no han sido proclamados oficialmente, y la norma vigente prevé espacio para reclamos e impugnaciones. Ojalá el control electoral desplegado por CREO tenga las pruebas suficientes para revertir el fraude denunciado y ojalá con ello gane Lasso. Ojalá. Porque un acta adulterada, o dos, o tres, no alcanzan.

Apoyé la candidatura de Guillermo Lasso en segunda vuelta, porque representa el cambio por el que venimos luchando desde hace 10 años. Pero no en los niveles lamentables de algunos de sus seguidores, que no escuchan razón y que por motivos personales algunos, y otros contagiados por una campaña de primera vuelta que también fue muy sucia, ahora no tienen mejor idea que pretender culpar a Jaime Nebot y al PSC por no haber obtenido más votos, pese a que las cifras oficiales confirman que el apoyo de Nebot y Cynthia aumentaron considerablemente la votación de Lasso en los bastiones del PSC.
Fanáticos que le “exigen” que salga a la calle, como si los guayaquileños lo hubiéramos elegido para ser guardia de choque de toda campaña contra el correato.
La posición pública del alcalde Nebot, que la suscribo en su totalidad, es la que nuestra sociedad demanda de sus líderes en estos delicados momentos: Exigir transparencia al CNE, que se admitan todos los reclamos e impugnaciones de CREO y que se agoten todas las instancias para que no quede tela de duda del resultado final.

Lo contrario sería terminar de incendiar al país.
Dios bendiga al Ecuador.(O)