En este momento que vivimos me siento totalmente avergonzado, sorprendido, agobiado y humillado solo pensando en la imagen que estamos proyectando a otros países del mundo, al darse cuenta que en este tranquilo país lleno de aparentes riquezas como banano, café, cacao, camarón, flores, etcétera, puedan estar sucediendo las cosas más indignas en lo que respecta a los pasos previos a las elecciones presidenciales.

Digo yo: ¡No es posible esto en un país tan pequeño como el nuestro –con gastos innecesarios–, solamente para resaltar una falsa imagen hacia el resto del mundo!(O)

Édgar Juan Diminich Miranda, ingeniero civil, Guayaquil