Quienes somos afiliados al IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), activos y jubilados, y que tenemos que concurrir al Hospital Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil, debemos sortear varios obstáculos para ser atendidos por un médico especialista.

Algunos consultorios no tienen la amplitud necesaria para bien del paciente y del facultativo, en esta ocasión me refiero al área de infectología, donde yo asisto a consultas programadas. En un espacio de aproximadamente 3 por 4 metros están por lo menos tres consultorios, lo que demuestra que el espacio es reducido para quienes ocupamos sillas de ruedas, andadores, muletas, camillas, etcétera.

Las autoridades del hospital no disponen que se hagan trabajos de ampliación de los consultorios. He observado cuando llega un paciente en camilla, que el médico lo debe atender fuera del consultorio porque adentro es imposible, lo cual es inaudito; no hay espacio, y el doctor tiene que ver cómo hace para atender en un minicallejón.

Es hora de que quienes tienen la responsabilidad de mejorar las instalaciones del hospital del IESS en favor del afiliado y del jubilado lo hagan con agilidad y no a paso de tortuga.

En la farmacia –también presumo– que habría llegado la crisis económica porque antes se nos daba a los pacientes los medicamentos en fundas plásticas con el logotipo del IESS. Hoy el afiliado recibe las medicinas y sabrá cómo las lleva a su domicilio. Situaciones como estas deben ser corregidas.

Es comentario público en los pasillos del hospital que se ha cerrado el traslado de pacientes a las clínicas particulares, y quienes están internados en el Teodoro Maldonado seguirán ahí hasta que el médico disponga lo mejor.

Es hora de que exista más preocupación en directivos del hospital, y también en quienes representan como delegados, a los afiliados ante el directorio del IESS; deben exigir que los dineros de los afiliados sirvan para mejorar su salud y atención. Es hora de hacer un cambio profundo para que los miles de afiliados recibamos un buen servicio en el Hospital Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil y en el resto de los centros y casas de salud del Seguro Social del país.(O)

Hernán Cristóbal Bonifaz Arellano, licenciado, Guayaquil