Cuando se habla del desarrollo de los pueblos, se piensa en el desarrollo económico, en el acceso de la población a bienes y servicios, en la modernización, y por eso no es extraño que en una campaña electoral el discurso de los candidatos se centre en estos temas que se consideran prioritarios.

Pero hay otros aspectos del desarrollo humano y, en consecuencia, de los pueblos, que son de gran importancia para la formación integral de las personas. A esto se refiere el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”, pero para ejercer este derecho, la sociedad, el Estado deben ofrecer los espacios adecuados. Y no se trata solo de las artes por las artes, sino del importante papel que tienen en el crecimiento de los jóvenes, incluso como parte de su formación. Los jóvenes que se dedican a la música, al teatro o al deporte disponen de menos tiempo real y psíquico para la droga, la violencia y el delito. Si pensamos en ofrecerles una oportunidad de sano crecimiento, es hora de que la educación, las artes y los deportes dejen de ser las actividades relegadas en los planes y programas del Estado. Estaría bien que los candidatos nos dejen saber su opinión al respecto. (O)