Las épocas de elecciones son como un juego cuando no hay seriedad y solo hay ofertas y demandas, que hasta manejar un carro es más serio que conducir el destino de un país.

Es increíble que los pueblos ni siquiera tienen noción del daño que puede haber, y solo se dejen llevar por las propagandas de los postulantes.(O)

Teresa Capobianco Andrade, Guayaquil