Nuestro invitado
Alberto Rigaíl C. *

 

Amartya Sen, premio Nobel de Economía, afirmó que el desarrollo está relacionado con modos de conducta de la sociedad. Varios estudios han mostrado que los valores son el elemento primordial de la cultura en el camino hacia el éxito, representan el carácter fundamental de una organización y son las reglas no escritas de cómo realmente suceden las cosas.

Estos estudios también han mostrado que son los líderes sus mayores promotores e inspiradores. A esta nueva forma de liderar en el siglo XXI Salvador García y Simon Dolan la llamaron “Dirección por Valores”.

Necesitamos elegir un presidente y un equipo de colaboradores que nos lleven a recobrar algunos valores, creencias y comportamientos indispensables para el futuro complejo que se nos viene. Es momento para decidir si continuamos con el “chip” de la intolerancia, los derechos sin responsabilidades, la impunidad, el conflicto, la crítica mordaz y la lucha de clases. O cambiamos hacia el respeto, la libertad y autodeterminación, la competitividad con solidaridad, el trabajo en equipo y el espíritu de familia.

Queremos los ecuatorianos un gobernante respetuoso que dé la posibilidad para que otros se expresen sin ser ofendidos, aunque sus ideas y criterios sean diferentes y que maneje inteligentemente sus emociones, que sepa reconocer lo bueno aunque no venga de él.

Queremos un presidente que en su vida empresarial y profesional haya sido ejemplo de libertad y autodeterminación, que crea en la posibilidad de cada ecuatoriano a prosperar y a ser responsable con su propio esfuerzo y escoger lo que mejor le conviene.

Queremos un presidente que nos empuje a recobrar la palabra competitividad para el lenguaje y el accionar de todos los ecuatorianos, volver a comprometernos todos a generar riqueza, y ser innovadores.

Queremos tener a un líder íntegro y honesto, sin sombra, con la entereza para combatir la corrupción venga de donde venga.

En mi opinión, tenemos una gran oportunidad para sentar las bases de una revolución moral y mental, más allá de votar por un gobernante, elegiremos un set de valores para nuestra sociedad y un cambio cultural y de ideología en todo nivel.

Queremos un gobernante que sea capaz de trabajar en equipo con el sector privado y académico. Capaz de juntarnos a todos, abierto realmente a escuchar ideas y sugerencias aunque al final del día sea quien tenga la última palabra.

Queremos también un presidente ejemplo de vida y amor de familia.

Queremos un líder que nos motive por la confianza que transmite a invertir y dar lo mejor en cada ámbito de nuestra actividad privada.

Los ecuatorianos debemos elegir el 2 de abril cuáles son los valores con los que queremos vivir, cuál es el lenguaje que queremos escuchar, cuál es el comportamiento que queremos ver, cuál es el ejemplo para nuestras familias y colaboradores en las empresas. Eso es lo que realmente debemos de reflexionar.

En mi opinión, tenemos una gran oportunidad para sentar las bases de una revolución moral y mental, más allá de votar por un gobernante, elegiremos un set de valores para nuestra sociedad y un cambio cultural y de ideología en todo nivel. Y la mejor manera de saber qué candidato es el más capaz de vivir esos valores y liderar ese cambio es ver en su vida, su proceder y actuar el cambio que queremos ver en el Ecuador.

(O)