Acercándose la segunda vuelta electoral y aumentando la tensión, varias muestras de campaña han llegado a la superficie: insultos, descalificaciones y demás. Acecha sobre todo un tema recurrente: “el feriado bancario” y la figura de “banquero”.

Se ha convertido en práctica común etiquetar el trabajo de banquero, como antiético, bajo la siguiente línea argumentativa: “el banquero solo se preocupa por tu dinero y por cobrar el interés del préstamo, en lugar de preocuparse por ti y tu familia”. Este argumento, aunque parcialmente correcto, tiene fondo malvado y falaz. Si bien es cierto que el banquero se preocupa por las ganancias de su banco, no es muy diferente su preocupación a la del panadero por su panadería, a la del abogado por su firma, a la del mecánico por su taller, y así ad infinitum; cada persona se preocupa por mantener su negocio y ganarse la vida. El banquero no es más que una persona buscando su bienestar, como todos. Pero si insisten en lo contrario, ¿qué podemos decir de la economía, entonces cómo fue que un economista trajo hambre y pobreza durante los últimos 10 años?; ¿es acaso antiético ser economista? No soy lassista –estoy muy lejos de serlo–, pero críticas deshonestas, por no decir absurdas, como “eso es porque es banquero y eso es antiético”, no hacen más que enfermar la democracia y el buen debate dentro de la sociedad civil.(O)

Jorge Emilio Lince Procel,
22 años, avenida Samborondón