Uno, la secuencia (imaginada pero realista) de Alianza PAIS. Estaban convencidos (por buenas o malas razones…) de que ganarían con alrededor del 43%, y eso lo “confirmaron” dos exit polls encargados por ellos. Fiesta en la Shyris, abrazos y declaraciones de victoria. Pero en la noche, la sorpresa: el conteo se “estabiliza” alrededor del 38,5%, estabilizarse implica que los nuevos datos que entran ya no cambian el resultado por estadística básica… a no ser que algo inesperado suceda. ¿Qué podía ser? Para contestar y contestarse esa pregunta muy probablemente exigen al CNE que frene el conteo, porque al ritmo normal no había tiempo de hallar ese “algo”. Se habla de Manabí que en principio nada aporta, a no ser que por alguna razón especial esos votos en cantidades importantes hubieran llegado más tarde que los demás. Hay la esperanza del exterior (ese sí es un factor adicional que podía cambiar la tendencia), donde pensaban barrer 4 a 1. Y a medida que corre el lunes, sus esperanzas disminuyen porque Manabí obviamente nada importante aporta ni tampoco el exterior (están debajo del 2 a 1). Sigue el ritmo lentísimo, pero nada puede aparecer porque con menos del 10% por escrutar, ganarle a la estadística es una aberración… entonces viene la nueva estrategia: aparecer como víctima, hubo fraude contra ellos; el CNE que estaba en sus manos ahora es el enemigo… ¡y la amenaza de Correa de volver con la muerte cruzada! Vaya cinismo.

Dos, la secuencia de Lenín. Para los que creían (ingenuamente) que era diferente al estilo abusivo de Correa, pues ahí tienen: ha sido “igualito”. Primero, cuando “anuncian” que han ganado dice algo como “se esperaba esa reacción del candidato perdedor… con esto la Revolución sigue adelante”, ya dictaminando resultados a base de un simple muestreo propio, el TSE no existe, le endilga malas mañas al “perdedor” (como Correa desde hace diez años). Segundo, cuando las cuentas fallan, anuncia que igual llegarán al 40% sin problema con Manabí y el exterior… ¡parece un mensaje al TSE para que ajuste baterías y pase cuanto antes al 40%! (estilo Correa). Tercero, hasta el martes insiste en que se mantiene intacta la opción de segunda vuelta, matemáticamente casi imposible, lo cual un especialista en mecánica cuántica como él debería entender (a no ser que…). Cuarto, no va a debatir con Lasso sino cuándo y cómo decida (estilo Correa). Y para completar los parecidos se une al coro de cantantes del Gobierno… ¡con pésima voz!

En ningún momento Lenín ha tenido altura de estadista, para situarse encima de PAIS y sus intentos de anunciar el 40% como sea, exhortar al TSE a terminar rápido pero bien el conteo, aceptar que la segunda vuelta es muy probable y así funciona la democracia, arrancar la segunda vuelta con un enfoque positivo. Nada de eso. Sin altura, se quedó pegado al piso de la Shyris… Y ahora viene, muy positivo para el país, la “pelea” de segunda vuelta, donde se repartirá el 31% de los demás candidatos más 10% de votos válidos adicionales que normalmente hay en segunda vuelta. (O)