Me atrevo a escribir lleno de incertidumbre, creo, compartida, por muchos de nosotros dado los eventos decisivos que se darán en este tiempo, sean de grado social, ciudadano, personal, profesional.

Espero aún una respuesta, tal vez una explicación, o toma de responsabilidad que deberían darnos cuando nuestros planes son truncados por motivos fuera de nuestro alcance. La cuestión por la cual aún busco una explicación razonable, es por los eventos desafortunados que afectaron a mi familia y a mí, cuando juntos pensábamos ir a Australia y le impidieron a mi esposa (tiene nacionalidad colombiana), viajar a ese país para hacerse chequeos médicos; por existir problemas con su pasaporte, debido a la “gestión” del Consulado Colombiano en Guayaquil sobre el uso del documento. Mi esposa tuvo un meningioma que doctores se lo retiraron sin complicaciones aparentes, por lo cual tiene que seguir con controles médicos rutinarios en Australia, pero desde el año pasado no puede ir a hacérselos.

En el 2016 mi esposa perdió su pasaporte en Nueva York y el Consulado de Colombia en esa ciudad le dio un pasaporte momentáneo de emergencia para que pudiera regresar a Ecuador, y le dijeron que ese pasaporte anulaba por completo el documento extraviado así sea que lo hallara después; y que cuando llegara a casa en Guayaquil, tramite en el consulado colombiano de esta ciudad el nuevo pasaporte que sería el definitivo. Al volver a Guayaquil mi esposa halló en su maleta el pasaporte que había perdido. Fue al Consulado de Colombia en Guayaquil donde no le dieron el nuevo pasaporte definitivo, pues el vicecónsul encargado le dijo que podía usar el pasaporte que estuvo extraviado y que lo encontró, porque no fue dado de baja ya que no se lo reportó como perdido. Después, en familia viajamos a Hawái y al querer salir de ese país con rumbo a Australia, a mi esposa no se lo permitieron, autoridades, porque su documento aparece en una lista de pasaportes extraviados.

Usando este mismo prestigioso medio en el cual escribí una carta hace un mes y di a conocer pormenores del problema, pido al Consulado de Colombia en Guayaquil que nos atienda. Insisto hablar de esta mala experiencia para advertir a las personas que pueden verse afectadas y abandonadas por instituciones que tienen el deber de asistir a sus ciudadanos, tener sus puertas abiertas para quienes lo necesiten, mucho más en situaciones delicadas como las que se vinculan con la salud. ¿Es esto producto de los eventos que en este momento afectan nuestro porvenir como nación? ¿Es este tan solo un caso aislado o representa una muestra de lo que está sucediendo en nuestras instituciones gubernamentales a nivel de América Latina? ¿Este es el trato que merecemos de nuestras naciones? Dígame usted estimado lector, ¿si le pasara esto, no estaría también lleno de incertidumbre?(O)

Nelson Euro Estrella León, cirujano plástico, Guayaquil